Four Poems

Soneto para Firenze

Ciudad materna del Renacimiento,
llegue a ti una niña desesperada,
ilusionada, angustiada, y encantada,
sin saber donde me llevaba el viento.
Con tiempo entendí el entendimiento
qué se buscaba década tras década,
y por el cual gente fue exiliada—
vivir y morir por el pensamiento.
Vivir y morir por la poesía—
porque existir es sentido hacer
de caos, sin ningún orden conocer.
¡Oh, qué gran libertad y autonomía,
dejarte perpetuamente renacer—
el hambre de ser nunca satisfacer!

Romance a Lorca

Oh, mi poeta gitano,
¿Llegaste ya a esas barandas,
sin ningún civil borracho,
Más allá de las montañas?
En esas barandas verdes,
¿tu casa es ya tu casa?
¿Descansas decentemente,
bajo sábanas de holanda?
Dime, ¿cómo son los vientos?
¿Son verdes como las ramas?
En ese lugar de espejos,
en esas barandas altas.
¡Oh, mi poeta gitano,
enséñame cómo querer
y hacer verde lo nublado
sin fe, y esperanza, perder!

Coyunturas

Mi existencia es un punto singular
en las coyunturas vinculadas
de madres y madres destinadas
a este gran tejido reticular.
Conectadas por lo molecular,
por tiempo eterno separadas.
Y de tal manera atrapadas
en el miedo a la vida secular.
Cuando me miro en el espejo,
te veo a ti, Abuela Ofelia,
en vez de ver mi propio reflejo.
Y te pido un solo consejo-
con esta herencia de tragedia,
¿Cómo un manto floreado tejo?